Un cainita pecador puede pedir el derecho a la prueba de fe, haya sido este encontrado culpable en tribunal o simplemente porque sus pecados pesan gravemente sobre sus hombros, el príncipe al escuchar el caso decide entonces que prueba va a poner sobre el cainita, si este sale airoso de la tarea entonces es invitado como un alma purificada a unirse a la sociedad nuevamente, aunque es importante destacar que en la sociedad de la noche es imposible hacer desaparecer las rivalidades, aquellos vampiros que logran sobrevivir se ganan el respeto de la comunidad por su valor y tenacidad (algunos le temerán incluso, sabiendo que su antiguo rival tiene los recursos para sobrevivir dichas pruebas), como es de esperarse mientras más viejo se es, las pruebas se hacen más sencillas, sin embargo, los vampiros tradicionalistas optaran por no usar las habilidades de su sangre como una forma de castigo auto-impuesto, esto no está contemplado en las reglas de la prueba de fe, pues la sangre es necesaria para sobrevivir.
Algunos castigos:
La noche de la bestia: El vampiro es enterrado en un bosque de lupinos en horas de la mañana por servidores del príncipe, al anochecer la persona deben salir de su sepultura y regresa en salud a la ciudad de Lubeck.
El pasillo purificador: El vampiro debe atravesar ida y vuelta un pasillo formado por otros cainitas que con antorchas encendidas le van golpeando con fuerza, si el vampiro sobrevive a la tunda y no cede ante la bestia entonces se considera que sobrevivido la prueba.
El cuerpo purificado: El vampiro debe pasar un mes entero encerrado sin probar alimento alguno, luego un humano es lanzado a la habitación, el vampiro deberá beber de este sin matarle, esto implica controlar a la implacable bestia, de conseguirlo se considera que ha purificado sus pecados.
La luz divina: el vampiro es encerrado en una habitación con reja por techo y es amarrado al este de la prisión, allí deberá esperar paciente a los rayos del amanecer que comienzan a invadir la habitación, en cualquier momento puede pedir que le liberen, pero sus gritos serán en vano, solo cuando la luz directa del sol toque el piso de la cárcel este podrá ser dejado en libertad, solo se considerara como purificado si logra mantener su compostura hasta entonces.