El Encuentro De La Rosa

El encuentro de la Rosa

El príncipe Friedrick dedica gran parte de sus noches en la manutención y cuidado de un jardín personal en su villa a las orillas del rio Trave, si acaso la jardinería es una disciplina servil y raramente vista en las cunas nobles, dicho pasatiempo tiene un fin ulterior al de la simple contemplación de la naturaleza.

Una vez que los rosarios florecen el príncipe cuidadosamente corta cada rosa a un palmo de tallo, ese mismo día, sus sirvientes se adentran a la noche de Lubeck y religiosamente colocan cada una de estas flores en sitios conspicuos, difíciles de acceder, pero donde estas pueden ser vistas si se sabe que buscar.

Estas flores son un mensaje del príncipe a todos los cainitas de la ciudad, un llamado al Eliseo, tres días después de este mensaje se espera que todos los cainitas que residan en Lubeck se presenten en buen acto de fe al encuentro, aquí los vampiros tienen un espacio para discutir de filosofía, historia y teología, compartir cultura y debatir en sana paz aquellas cuestiones que acometen a la sociedad de los vástagos.

Aunque la asistencia no es obligatoria, es visto como un insulto no acudir al encuentro, sin embargo, tomando en cuenta que los rumores se extienden como la plaga en Los pasillos del Enoch, solo un cainita muy osado o muy inocente permitiría dar el espacio para que se manche su nombre.
Se corre el rumor de que Friedrick usa esta tradición como un método de control, para saber cuántos cainitas hay en la ciudad a la vez, y para estar al tanto de los conflictos que se cocinan entre sus súbditos.

En reuniones se puede escuchar a alguien preguntar: “Mi príncipe, que tan hermoso es el florecer de las rosas este año?, es una forma sutil de preguntar cuando falta para el próximo encuentro.

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